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martes, 13 de noviembre de 2012

Sobre Centros de Estudiantes, reunión en Cámara de Diputados



“Les pido que todos hablen, no habrá un orden, será como el tratamiento de una comisión”, comunicaba de manera previa, y a modo de incentivo, a los estudiantes secundarios presentes la coordinadora de la Cámara de Diputados, Zulma Arepia.

Se trata de un amplio grupo de jóvenes de entre dieciséis y dieciocho años representantes de instituciones de Capital y del interior de la provincia -Tartagal y Cerrillos- que fueron invitados por el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Santiago Godoy, y el diputado provincial Lucas Godoy para discutir, mediante mesa de diálogo, aspectos referidos al proyecto de ley que intentará derogar la sancionada número 6661 que establece que las organizaciones estudiantiles, como los Centros de Estudiantes, solo pueden existir bajo la regimentación del Ministerio de Educación, el cual digita sus estatutos y el alcance de sus actividades si es que, desde luego, no son previa y directamente desestimados por las autoridades escolares. La cita está pautada para horas diez en el Salón de la Cámara de Diputados de la provincia de Salta.

El encargado de dar las palabras iniciales es el diputado Santiago Godoy quien agradece la presencia y el interés de los estudiantes presentes, a la vez que explica los cambios que implicará la aplicación de la reforma a la ley de Centros de Estudiantes y lo destacable que resulta en tal sentido la sanción de “el voto joven”, que autoriza a menores de dieciocho y hasta dieciséis años, inclusive, a emitir un voto legítimo en momentos electorales:

­ La ley sancionada hace alrededor de un mes que los faculta a ustedes a votar, sienta un precedente importantísimo en la pelea por la ampliación de derechos a sectores postergados y junto al tema que vamos a tratar hoy, les otorga un rol preponderante. Mi impresión es que no todos los colegios tienen centro de estudiantes, en mi juventud existía tan solo uno, en el colegio nacional al cual asistía. Existe un proyecto de ley para regularizar la conformación de centros de estudiantes, en esa ley se insertaría un estatuto que incluya: voto electrónico, participación de minorías, sistema proporcional D'Hondt; en definitiva cambiar la ley que actualmente no posee real aplicación— explica expectante.

— ¿Quién se anima a empezar? — pregunta Godoy, dando apertura al debate.

— A ver Sofía. ¿Te animas? — invita a una alumna del Colegio San Antonio a expresar la primera opinión.

— Prefiero que empiecen mis compañeros y después yo— siente algo de pudor, pasa la pelota al resto hasta sentirse más confiada.

Resuena una voz en la punta de la mesa que toma valor y desea dar la primera opinión:
Sergio Gonzáles de Escuela de Educación Técnica— se presenta.
La conformación de centros estudiantiles nos resulta una contención para los chicos, en el sentido de que permite expresar derechos y opiniones, y ser escuchados por directivos y padres— afirma en tono positivo.
—Y contame… ¿Te parece que deba existir un estatuto que regule las elecciones, a periodicidad de las mismas y lo representantes electos, entre otros temas? — le pregunta Godoy.

Sería bueno la existencia de estatutos. Es muy importante también, que no estén exentos los colegios privados que muchas veces por sus orientaciones religiones, no permiten a los chicos expresarse en materia de política, por el contrario, los reprimen— contesta a la pregunta del presidente, introduciendo al debate un nuevo tema de interesante mirada sociológica: las diferenciaciones a nivel educativo en las instituciones públicas de aquellas privadas, éstas últimas mediadas por prioridades muchas veces disímiles a las pregonadas por las primeras y que, en ocasiones, se tornan a modo de limitantes para las construcciones de tinte colectiva por parte de los alumnos.

Es importante porque permitirá la intervención de los jóvenes en un sentido democrático, y sus primeros pasos en política. Es importante la reglamentación para su organización— concluye Sergio su intervención.

Francisco Cabezas de CODESA levanta su mano pidiendo la palabra. Emite su opinión a la vez que expresa una sugerencia:
—Estoy a favor de la creación de Centros de Estudiantes. La derogación de la lay es importante, dismiunuiría los trámites burocráticos facilitando la tarea política de los chicos. Creo que se debería establecer a cada Centro objetivos generales y específicos, además de finalidades: fomentar la educación científico técnica, por ejemplo.
—También nos preocupa el apoyo económico que se le podría brindar, necesita solventar sus actividades y medios— finaliza, planteando su inquietud.

—Creo, al igual que ustedes, los Centros de Estudiantes sientan las bases, sientan precedentes para una formación político cultural que, al iniciarse a una edad más temprana, como resultado se obtiene un individuo que al llegar a su mayoría de edad adopta un estado de preparación político civil superior— interviene en el debate Santiago Godoy, destacando la importancia de la participación temprano en política y en el ejercicio de los derechos civiles; a la vez que trae a colación las tomas de colegios secundarios en la Ciudad de Buenos Aires, ejemplo más claro y contemporáneo de la asociación colectiva de estudiantes en vistas a la defensa de derechos ciudadanos; defensa de consignas que, ni más ni menos, significan la posibilidad o no de una incursión y un desenvolvimiento más plenos dentro de la sociedad.   

Se suman al debate cada vez más voces. Una mano se asoma en un sector de la mesa. Pertenece a Sofía, esta vez la vergüenza la abandonó y se encuentra ávida de aportar:
No poseemos estructura edilicia para la creación del centro de estudiantes, sería importante el apoyo económico de la municipalidad para obtener mejoras en este sentido—no le tiembla el pulso.
Contener al estudiante es un buen fin pero debe ser algo recíproco, es decir, los estudiantes deben comprometerse a cumplir y aprobar todas las materias— culmina, preponderando el compromiso, no solo estatal, sinó también estudiantil en la cumplimentación del objetivo primordial: la educación.

—No estoy tan de acuerdo— resuena una voz en tono disonante y contrariando la declaración de Sofía.
Los alumnos deberían ver como juntar recursos, ya que si el municipio brindara ayuda se dependería de ellos. En un día en una obra solidaria recaudamos catorce mil pesos, es decir, la posibilidad existe— ejemplifica y argumenta.

Fernando Pequeño Ragone, presidente de la Asociación Ragone, que también estaba entre los presentes, pide a uno de los alumnos que desarrolle aún más su idea sobre las dificultades que afrontan los centros estudiantiles en instituciones privadas.

Un colegio privado está dirigido por un sacerdote, figura de la iglesia, que no respeta leyes del ministerio. En los instituciones privadas -que generalmente son religiosas- se trata de formar otro tipo de personas, de otra ideología: una ideología apolítica— se explaya el estudiante secundario.

Contrariamente al ideario común que reconoce a los colegios públicos como canteras únicas de formaciones políticas y estudiantiles, un representante del colegio Jack Cousteau irrumpe en el debate para ofrecer su ejemplo, el de una institución privada:
—En nuestro colegio si tenemos el apoyo de los directivos, no obstante, es cierto que existe cierto seguimiento y muchas veces se debe acatar o seguir los intereses de la directora—

A esta problemática apuntan los estudiantes del Instituto Nacional LIEM, quienes ya poseen su Centro de Estudiantes, regulado por un estatuto conformado por ellos mismos:
El Centro de Estudiantes defiende los derechos ya sea en contra o a favor del directivo, contrariamente a lo que sucede en ciertos colegios privados y para mantener nuestra autonomía de los intereses de directivos o del mismo Estado, nos financiamos con el sobrante de lo recaudado por el buffet de la institución, también dirigido por estudiantes comparte el alumno, también en sintonía con el argumento de autonomía e independencia que debieran mantener las agrupaciones estudiantiles.

Es así que empiezan a escucharse nuevas voces coincidentes con éstos últimos testimonios.

Es el ejemplo de Mónica Castro, también perteneciente a una institución pública:
Queremos que los Centros de Estudiantes o mantengan su independencia y autonomía respecto del director, ya que es la única manera de que verdaderamente se defiendan los intereses de los estudiantes y los directivos puedan respetar nuestras opiniones. El estatuto deberá ser respetado como cualquier reglamento de cualquier institución, pública o privada, religiosa o laica— se expresa de manera absolutamente convencida y vehemente.  

Otro alumno pide la palabra. Plantea su argumentación en base a tres interesantes apartados:
  • Cada institución debería formar de manera particular su estatuto, ya que la situación en cada colegio es diferente a la del resto. Por medio de ensayo y error se refuerzan las bases democráticas del Centro.
  • Cada Centro de Estudiantes conformado deberá estar a la par de los directivos, es decir, deberá actuar de manera horizontal a ellos, nunca en una posición inferior o altaneramente superior.
  • Deberá existir coordinación mutua entre los centros de diferentes instituciones, de esta manera el ejercicio democrático se refuerza y se ejerce de forma extrainstitución, a la vez que la conjunción de fuerzas actúa como cónclave para una red democrática mas diversa y sólida.

Me urge que a ley se sancione. Existen problemas con la directora. Muchas veces se necesita de su autorización. Existen oportunidades en las si nos se cumple con los intereses de la vicerrectora recibimos a cambio una sanción— explica afligido Ricardo Salinas, de Tartagal.

El ángulo de esta discusión tiene que ver con la participación de todos, no tanto con la injerencia de los directivos del colegio— interviene Santiago Godoy.
El temor de ellos es la oposición de los alumnos por intereses contrarios a los suyos. La autorización debe ser casi completa, si incluir en los estatutos aspectos que los alumnos deben respetar y cumplir— continúa el presidente de la Cámara.
Al tener capacidad de votar por la ley nacional ya sancionada, la independencia objetiva de los estudiantes es más factible. Contrariamente a los argumentos que muchos sectores presentan en contra. No existen mejores promotores que los estudiantes mismos. Me agrada escuchar los criterios, que son compartidos por mí— finaliza, dejando “puerta abierta” para la discusión de otros temas que, asegura, también contribuirán a la formación plena del alumnado. “Por ejemplo: materias nuevas que puedan introducirse a la currícula, como historia salteña, normativas relacionadas a la salud, y a todo aquellos que fomente la construcción de una atmósfera de mayor participación”. La discusión y el debate, agrega, “impulsa un marco democrático mucho más fuerte”.

— ¿Querías decir algo Lucas? — pregunta y cede la palabra al diputado Lucas Godoy.

— Simplemente decirles que todos tienen las capacidades posibles. Existen limitaciones externas, pero se van sorteando hasta que se logra el objetivo. En nuestra ciudad no existen demasiados centros, tampoco en terciarios universidades. Seamos precursores— se dirige a los jóvenes presentes y los insta a sumarse a la participación activa y enérgica.
Como primera etapa de participación política (no en un sentido partidario sino de defensa de derechos) el Centro de Estudiantes es trascendente en la vida de formación política, une criterios desde un lugar común— finaliza el diputado provincial en tono expectante y prometedor.

El reloj -tan tirano como siempre- indica el transcurso de dos horas desde el inicio de la sesión, el presidente de la Cámara de Diputados agradece por su tiempo y su interés a los alumnos presentes y les promete convocarlos a futuras sesiones para tratar leyes no referidas a Centros de Estudiantes, pero sí relacionadas a su vida como jóvenes: ley de prevención del suicidio, ley de prevención del bullying, ley de guarderías meterno estudiantiles, entre otras.

Los estudiantes se despiden y comienzan a retirarse.

CENTROS DE ESTUDIANTES ¿PARA QUÉ?

Un Centro de Estudiantes es un órgano representativo de los estudiantes en un establecimiento educativo. Es la voz de todos los estudiantes dentro de la escuela. Su fin es defender los derechos de los alumnos y promover su realización, brindando soluciones a las problemáticas estudiantiles y fomentando la participación crítica de los jóvenes en todos los ámbitos, dentro y fuera de la escuela.

Los objetivos pueden ser variados. Quedó claro en este encuentro que no hay una sola forma de armar un Centro de Estudiantes, ni todos los Centros tienen los mismos intereses ni se ocupan de las mismas asignaturas. Eso depende, en definitiva, de los intereses que tengan los estudiantes que lo conformen. Lo importante es que el Centro busque representar a los jóvenes de la escuela de la que forma parte, que sea un ámbito democrático y plural y que sirva como lugar desde el cual hacer actividades colectivas junto a los demás.

La palabra “política”, que fue tan utilizada a lo largo del debate, significa ocuparse de los asuntos públicos. Es decir, participar, organizarse, ser parte de un colectivo. En ese sentido, un Centro de Estudiantes es algo político, lo que no quiere decir que sea partidario ni que su acción esté limitada a la protesta. Un Centro de Estudiantes puede ser útil para defender un derecho que no está siendo reconocido por una autoridad, y también puede servir para desarrollar actividades culturales, deportivas, solidarias, educativas, entre muchas otras. En un sentido amplio, todo eso termina siendo una actividad “política”, porque necesita ser hecha por muchos, de forma colectiva. Podemos asegurar, entonces, que un Centro de Estudiantes es un ejercicio pleno de la democracia.

El compromiso y la convicción por parte de los jóvenes resultan fundamentales, así como la participación y el interés creciente que deben ser contagiados, ya no solo por medio de discursos o de dichos, sino también con acciones concretas y colectivas. Ya lo decía el cantautor Juan Carlos Baglietto en una de sus canciones: “Multiplicar es la tarea, es nuestra tarea”. Asumir el rol de actores transformadores de realidades resulta invaluable.

"El único héroe valido, es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo".


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