domingo, 25 de agosto de 2024

Conversaciones con Cesar García de la UEP durante actividades en conmemoración de los 50 años de la Masacre en la Capilla del Rosario

 








Zulema Correa me hace presente la sangre resistente de los campesinos azucareros del Tucumán setentista

 Es familiar de desaparecido y tucumana oriunda de Trinidad. 
Juntos, durante el encuentro hicimos presente a nuestros familiares. Sin detenernos ya en la angustia, en medio de tanta vida de los re encuentros presentes, intercambiamos poesias, folletos, links a documentales. Asi, con Zulema, al tiempo que vivíamos el presente junto a decenas de compañerxs reafirmando nuestras identidades e historias, con la sutileza que solo el tiempo nos permite, haciamos presente a su hermano César Correa y a mi abuelo Miguel. 

Página 12 de Salta retrata a Zulema. Casa de la Memoria, Catamarca. 

Fue durante los tres días en el que se conmemoraron los 50 años de la Masacre de la Capilla del Roasario en Catamarca. Organizado por la Casa de la Memoria de Catamarca con el apoyo del Gobierno de la Provincia, una docena aproximadamente de organizaciones de ex presos y familiares de detenidos desaparecidos se dieron cita el fin de semana. (Aqui una mención de las organizaciones presentes)


Mientras me contaba a cerca de las mermeladas y licores que fabrica artesanalmente en su casa de Tucumán, Zulema "armaba" el estandarte mnémico sobre su propio cuerpo adosando el retrato de su hermano César y la silueta de la provincia. 
En la Casa de la Memoria me regaló una segunda poesía que evocaba a su hermano desaparecido. La primera fue en el CIC donde nos alojábams todo el grupo de visitantes. En esta oportundiad agregó también un pequeño folleto con la semblanza de César. 
Leyendolas 






























martes, 20 de agosto de 2024

Notas del fin de semana junto a ex presxs políticos de los setenta. Catamarca.

Fue en el marco de conmemorar la Masacre de la Capilla del Rosario. 
Veinte fotos para sintetizar la intensidad de un fin de semana junto a expresos y militantes de derechos humanos en Catamarca.

Tres días de programade actividades marcaron el encuentro. Mientras se desarrollaban segúnlo previsto, compartimos alojándonos todos en un espacio cultural y deportivo del gobierno de la provincia de Catamarca, a partir de gestiones de la Casa de la Memoria. 

Noemí Toledo es presidenta de la Asociación de la Casa de la Memoria y Monena Márquez es ex presa politica, miembro de la Casa de la Memmoria y de la organización Norma Pla y del colectivo de ex presas politicas. Coordinaron gran parte de las actividades y gestionaron para hacer posible el encuentro. 

Petrona López, familiar de desaparecidos, tucumana; sobresalía entre quienes desde generaciones más recientes, nos hacemos parte. 








Algunos albums fotográficos del encuentro:

Se elaboraron a partir de mis propias tomas, y de una cantidad de imágenes compartidas en el grupo whatsapps los días posteriores al fin de semana. 

Accesos y partidas

Encuentros en el Centro Cultural Villa Dolores.

CIIC de hospedaje, desayunos y cenas.

Homenaje en casa adultos mayores.

CIIC Encuentro Organizaciones DDHH NOA.

Charla en Casa de la Memoria.

Conmemoración Masacre Capilla del Rosario, acto en sito de memoria de la Capilla.











Sobre momentos y actividades del programa.

Hacia un encuentro con ex presas y presos políticos con amplia presencia del PRT

Muestra "Bordados con Historia" y peña cultural: la imprenta del PRT en Córdoba

Encuentro de Organizaciones DDHH NOA, Catamarca. En el marco de la conmemoración de la Masacre Capilla del Rosario

Charla sobre causa judicial de la Masacre de Capilla del Rosario en la Casa de la Memoria de Catamarca

Acto Conmemoración Masacre Capilla del Rosario en Fray, Catamarca




































































lunes, 19 de agosto de 2024

Blanca Lescano en Salta: notas a cerca de la sexualidad de las presas políticas y militantes de los setenta en Argentina

 

Blanca Lezcano (izq) y Eloísa Rivera (der)
región azucarera tucuman, camino a Catamarca, ago 2024

Por Blanca Lescano

Si bien el fenómeno de la violación entre las presa políticas de los setenta, y su reciente reconocimiento indiscutido por parte de los operadores judiciales que hace algunos años miraban para otro lado, la sexualidad de las y los militantes políticos de los setenta es un recorte mucho más amplio. 

Si solo se enfocase los delitos sexuales y las violaciones de las personas detenidas; que podían ser mujeres y también hombres; la mirada de las formas de la sexualidad y el género en la época, quedaría muy restringido. 

Metodológicamente es necesario encuadrar cuando hablas de la sexualidad de las militantes de los 70, a qué sector te estás refiriendo para poder analizar a mayor profundidad.

Por lo que yo escuché, incluso de mi hermana desaparecida; las mujeres militantes apostaban a la vida más libre pero no se negaban la posibilidad de tener familia y hacer pareja.

Los represores consideran que había que matar la cría para que no se reproduzcan "los guerrilleros" como los llamaban para restarles humanidad. Y los militantes consideraban que reproducirse era una posibilidad de continuar construir resistencia y liberación. Migraban con sus propios hijos. Y se escondían con sus hijos. Y cuando se les moría en la guerra una pareja; al tiempo volvían a hacer otra pareja. No se negaban la posibilidad del amor y de la vida sexual. 

Así, enfocar las violaciones y enfocar el amor, la pareja, la maternidad y la sexualidad son dos aspectos muy importantes y bien diferenciados. 

Como lo expresa Monena Marquez en alguna de nuestras charlas, ocurría también una discriminación hacia adentro. Cuando las mujeres estaban detenidas, y ya tenían hijos; a veces era la propia familia que le quitaba los hijos. Porque como ellas estaban detenidas, había que criarlos y en eso perdían su maternidad. Hubo familias que negaron tener militantes políticos en su seno. Y sobre todo si se reconocían como combatientes. La maternidad y paternidad se volvía ahí muy difícil. Le pasó por ejemplo a una senadora nacional muy reconocida en nuestro medio. A muchas de esas mujeres no les fue fácil volver a ver a sus hijos cuando salieron de prisión. Es necesario recuperar que existió también este otro proceso  de discriminación interna. 

No todas las familias de los combatientes aceptaban el hecho de que fueran combatientes y eso bloqueaba las relaciones y los negaban. Hay muchas familias que nunca reconocieron que su hijo o hija fuera un combatiente.

Así, hay que tener en cuenta la especial dimensión y problematización de la sexualidad del o de la "combatiente". Una cosa serán las situaciones que se planteaban en el ámbito familiar, íntimo; y otra las del combatiente que estaba en las organizaciones armadas. Y una tercera muy distinta la sexualidad enfocada en la militancia general de los '70. Que no eran combatientes pero sí militantes sociales de distintos lugares, instituciones y partidos. 

En mi caso, yo elegí NO SER combatiente. Sí, y bueno, y eso te hace que encares las cosas de otras maneras. No dejes de tener tus ideas y estar en la lucha social, pero no sos combatiente.


domingo, 18 de agosto de 2024

Menena Marquez en Catamarca: sobre la sexualidad de las militantes políticas en los 70

 Menena Márquez es activista por los derechos humanos en Catamarca, militante setentista y miembro del colectivo de presos y presas políticas de la dictadura militar úlitma en Argentina. 

Menena Marquez en el encuentro
de organizaciones de DDHH en Catamarca,
agosto de 2024

Ex presa política.
Opina sobre la sexualidad de las militantes mujeres en los años 70, las violaciones sistemáticas en las cárceles y el pasaje judicial de considerar situaciones de "vejación" a "violación". 









Conocí a Menena en el Encuentro de Organizaciones de Derechos Humanos del NOA en Catamarca, realizado entre el 9 y el 12 de agosto con motivos de la Conmemoración de la Masacre Capilla del Rosario. 

Durante esos días, mi curiosidad por los temas de sexualidad, el cuerpo y el poder; me permitió abrir diálogo con Elida Eichemberguer. Fue una mañana luego del desayuno en el Complejo turístico y cultural donde nos alojabamos invitados por la organización. Con Elida surgió esa empatía donde uno quiere oír y otro narrar,  y devino en un diálogo a cerca de las vivencias de sexualidad en sus juventudes. Yo preguntaba desde mi adultéz y lo vivido en mi juventud casi veinte años despues que esa época de sus juventudes. 

A partir de esa charla, se nos ocurrió en un intercambio posterior con Menena, que eventualmente podria resultar de interés entre el colectivo de militantes que se dieron cita en el encuentro, conversar a cerca de la manera en que el sexo y el amor los constituyeron generacionalmente, sus vivencias en el cautiverio y las maneras en que sus visiones se transformaron en la transformación cultural del país en el medio siglo posterior a sus épocas de juventud. 

Sobre la sexualidad de las presas, y en diálogo con el texto de 2015 "Grietas del Silencio" de Cristina Zurutuza y otras (Ver https://asociacionmiguelragonememoria.blogspot.com/2011/10/presentacion-del-libro-grietas-en-el.html ) Monena me adelantó en conversaciones privadas lo que reproduzco a continuación. 


Monena Marquez, 
18 de agosto de 2024

He leído "Grietas en el silencio", es un muy buen libro investigativo que realmente abrió la mente de muchas presas políticas. 

Frente a la magnitud de los desaparecidos [nuestra] situación que habíamos pasado [como presas] y los hechos de tortura que habíamos sufrido; fundamentalmente "tormentos". Así lo llamaban por mucho tiempo  en la justicia. Los operadores judiciales no le prestaban atención. Si bien se declaraba las torturas, estas vejaciones nunca se plantearon como violaciones. 

Lo que narra este libro y a raíz de una disposición de organismos internacionales, [las vejaciones sexuales] son considerados como casos de abuso. Identifican como ocho ítems de abusos sexuales. Uno de ellos es lo que todos hemos sufrido; la aplicación de picana eléctrica en la vagina y en el ano; que es una violación con elementos. Entonces se consideran [a los abusos sexuales y violaciones ] como crímenes de lesa humanidad recién en el año 2010. Desde entonces se pueden llevar adelante los juicios por abusos sexuales pese a que [ya antes] han sido declaradas expresamente [estas situaciones ] por las compañeras que han sufrido violación carnal.

Lo declararon, pero las que habíamos pasado violaciones con aparatos con la picana, no lo considerábamos violación. Y a partir de ese juicio que se realizó en Rosario; se comienza a reconocer.

En mi caso puntual, recuerdo que en el año 22 y en plena pandemia me invitan de la Cámara de Diputados a [conversar en un encuentro] del observatorio de la memoria, con otras compañeras presas. Era el día de la de la mujer. Se habló desde nuestra de nuestra generación el tema de género. Yo justo tenía este libro de Cristina [Zurutuza], donde una de las que escribe, Cristina Zurutuza, me lo había regalado.

 Ella era formadora en INADI en la especialidad de género. Había leído algo, pero nunca con la intención profunda de análisis, ¿no? Pero a raíz de eso lo leí totalmente. Me quedé impactada porque recién allí descubrí en el año 2022 que yo había sido violada también. Siempre lo había tomado como tormento, como tortura, pero nunca como violación. 

Y también ese concepto que aparece allí en ese libro; de la caracterización que nos hacían los militares a nosotras, que está expresado en sus escritos. [Nos torturaban porque] abandonamos lo privado, nuestro rol de privadas para incursionar en temas que no nos correspondían en el ámbito político y menos de ser jóvenes militantes de políticas cuestionadoras del sistema.

 En el libro proponen que a mayor violencia, mayor destrucción la persona, ¿no?. No casualmente los genitales eran uno de los focos fundamentales de la picana. Muchas y muchos nos cuestionábamos después de eso, si realmente podríamos procrear. Eso lo que yo me acuerdo.

En el tema puntual de la sexualidad, en aquella época veníamos de una corriente mucho más liberal, más libre, con mucho de transgresión. No casualmente comenzamos a militar muy jóvenes a los 18 ´o 17 años. Y también con una mirada de rebeldía. Y la sexualidad también se expresaba [en nuestra rebeldía].

Ese concepto muy conservador [de la sexualidad], lo hemos roto. En la relación familiar, la mujer adentro y el hombre afuera, la mujer con los hijos y el hombre proveedor, yo creo que lo hemos roto. Podemos ahí [sobre los roles de género] considerarnos una generación bisagra de [conquistas] para una sociedad con una mayor liberación; que permitía en el futuro el surgimiento del feminismo como corriente; y que también influyó en nosotras en la actualidad. [Logramos] un pensamiento más libre, más descontracturado, más en defensa de nuestro cuerpo. Este reconocimiento de nuestros derechos [a partir de nuestro cuerpo] es lo que nos aporta a  nosotras presas políticas el feminismo. 

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