domingo, 18 de agosto de 2024

Menena Marquez en Catamarca: sobre la sexualidad de las militantes políticas en los 70

 Menena Márquez es activista por los derechos humanos en Catamarca, militante setentista y miembro del colectivo de presos y presas políticas de la dictadura militar úlitma en Argentina. 

Menena Marquez en el encuentro
de organizaciones de DDHH en Catamarca,
agosto de 2024

Ex presa política.
Opina sobre la sexualidad de las militantes mujeres en los años 70, las violaciones sistemáticas en las cárceles y el pasaje judicial de considerar situaciones de "vejación" a "violación". 









Conocí a Menena en el Encuentro de Organizaciones de Derechos Humanos del NOA en Catamarca, realizado entre el 9 y el 12 de agosto con motivos de la Conmemoración de la Masacre Capilla del Rosario. 

Durante esos días, mi curiosidad por los temas de sexualidad, el cuerpo y el poder; me permitió abrir diálogo con Elida Eichemberguer. Fue una mañana luego del desayuno en el Complejo turístico y cultural donde nos alojabamos invitados por la organización. Con Elida surgió esa empatía donde uno quiere oír y otro narrar,  y devino en un diálogo a cerca de las vivencias de sexualidad en sus juventudes. Yo preguntaba desde mi adultéz y lo vivido en mi juventud casi veinte años despues que esa época de sus juventudes. 

A partir de esa charla, se nos ocurrió en un intercambio posterior con Menena, que eventualmente podria resultar de interés entre el colectivo de militantes que se dieron cita en el encuentro, conversar a cerca de la manera en que el sexo y el amor los constituyeron generacionalmente, sus vivencias en el cautiverio y las maneras en que sus visiones se transformaron en la transformación cultural del país en el medio siglo posterior a sus épocas de juventud. 

Sobre la sexualidad de las presas, y en diálogo con el texto de 2015 "Grietas del Silencio" de Cristina Zurutuza y otras (Ver https://asociacionmiguelragonememoria.blogspot.com/2011/10/presentacion-del-libro-grietas-en-el.html ) Monena me adelantó en conversaciones privadas lo que reproduzco a continuación. 


Monena Marquez, 
18 de agosto de 2024

He leído "Grietas en el silencio", es un muy buen libro investigativo que realmente abrió la mente de muchas presas políticas. 

Frente a la magnitud de los desaparecidos [nuestra] situación que habíamos pasado [como presas] y los hechos de tortura que habíamos sufrido; fundamentalmente "tormentos". Así lo llamaban por mucho tiempo  en la justicia. Los operadores judiciales no le prestaban atención. Si bien se declaraba las torturas, estas vejaciones nunca se plantearon como violaciones. 

Lo que narra este libro y a raíz de una disposición de organismos internacionales, [las vejaciones sexuales] son considerados como casos de abuso. Identifican como ocho ítems de abusos sexuales. Uno de ellos es lo que todos hemos sufrido; la aplicación de picana eléctrica en la vagina y en el ano; que es una violación con elementos. Entonces se consideran [a los abusos sexuales y violaciones ] como crímenes de lesa humanidad recién en el año 2010. Desde entonces se pueden llevar adelante los juicios por abusos sexuales pese a que [ya antes] han sido declaradas expresamente [estas situaciones ] por las compañeras que han sufrido violación carnal.

Lo declararon, pero las que habíamos pasado violaciones con aparatos con la picana, no lo considerábamos violación. Y a partir de ese juicio que se realizó en Rosario; se comienza a reconocer.

En mi caso puntual, recuerdo que en el año 22 y en plena pandemia me invitan de la Cámara de Diputados a [conversar en un encuentro] del observatorio de la memoria, con otras compañeras presas. Era el día de la de la mujer. Se habló desde nuestra de nuestra generación el tema de género. Yo justo tenía este libro de Cristina [Zurutuza], donde una de las que escribe, Cristina Zurutuza, me lo había regalado.

 Ella era formadora en INADI en la especialidad de género. Había leído algo, pero nunca con la intención profunda de análisis, ¿no? Pero a raíz de eso lo leí totalmente. Me quedé impactada porque recién allí descubrí en el año 2022 que yo había sido violada también. Siempre lo había tomado como tormento, como tortura, pero nunca como violación. 

Y también ese concepto que aparece allí en ese libro; de la caracterización que nos hacían los militares a nosotras, que está expresado en sus escritos. [Nos torturaban porque] abandonamos lo privado, nuestro rol de privadas para incursionar en temas que no nos correspondían en el ámbito político y menos de ser jóvenes militantes de políticas cuestionadoras del sistema.

 En el libro proponen que a mayor violencia, mayor destrucción la persona, ¿no?. No casualmente los genitales eran uno de los focos fundamentales de la picana. Muchas y muchos nos cuestionábamos después de eso, si realmente podríamos procrear. Eso lo que yo me acuerdo.

En el tema puntual de la sexualidad, en aquella época veníamos de una corriente mucho más liberal, más libre, con mucho de transgresión. No casualmente comenzamos a militar muy jóvenes a los 18 ´o 17 años. Y también con una mirada de rebeldía. Y la sexualidad también se expresaba [en nuestra rebeldía].

Ese concepto muy conservador [de la sexualidad], lo hemos roto. En la relación familiar, la mujer adentro y el hombre afuera, la mujer con los hijos y el hombre proveedor, yo creo que lo hemos roto. Podemos ahí [sobre los roles de género] considerarnos una generación bisagra de [conquistas] para una sociedad con una mayor liberación; que permitía en el futuro el surgimiento del feminismo como corriente; y que también influyó en nosotras en la actualidad. [Logramos] un pensamiento más libre, más descontracturado, más en defensa de nuestro cuerpo. Este reconocimiento de nuestros derechos [a partir de nuestro cuerpo] es lo que nos aporta a  nosotras presas políticas el feminismo. 

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